El dragón chino
El imponente dragón es el signo de quienes han nacido en los años 1904, 1916, 1928, 1940, 1952, 1964, 1976, 1988 y 2000 y, según la tradición china, representa las cualidades del Emperador: “ardiente celo, entusiasmo sin límites y habilidad para inspirar a los demás”.
Los dragones se caracterizan por una fuerte personalidad y don de mando que los hace ser muy seguros de sí mismos, a veces llegando a confiar en exceso en sus capacidades. No obstante, su buena estrella siempre los guía hacia la obtención del dinero, que ganan tan fácilmente como lo gastan.
Si en la literatura se describe al dragón botando fuego, en la vida real los nacidos bajo su signo vuelcan toda su ira hacia quienes consideran que pueden hacerles daño a ellos y las personas que aman. De ahí que tener de enemigo a un dragón signifique una de las peores amenazas para los que no son “santos de su devoción”.
Pero así como los dragones son enemigos de cuidado, también pueden ser grandes amigos, dispuestos a defender a sus seres queridos con “uñas y dientes”. Su único problema es que al tener un espíritu de líder tan marcado, quieren imponer todas sus ideas, ocasionando la incomodidad de los demás.
En cuestiones del amor, los dragones se consideran seres solitarios que no abren con facilidad su corazón. Sin embargo, en el caso de los más jóvenes hay una voluntad de tener relaciones duraderas, por lo cual se casan a temprana edad. De lo contrario, permanecen solteros toda la vida, aunque viviendo varias relaciones de corta duración.
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